Aquello en lo que crees es lo que
compartes. Tu comportamiento es un reflejo de tus creencias, las cuales habitan
en tu memoria. De manera que tu pasado las reafirma constantemente.
No importa la forma que tomen tus
creencias, incluso tampoco importa si algunas de ellas han cambiado a lo largo
del tiempo; todas se basan en un mismo sistema de pensamiento, el cual es
completamente personal. Cada persona en el mundo, en base a este mismo sistema
de pensamiento, adopta sus propias creencias, y las reafirma al compartirlas
con el mundo.
Este sistema de pensamiento
personal es siempre el mismo y se lo conoce como ego o subconsciente.
No se te pide aquí que abandones
todas tus creencias porque inevitablemente en algo hay que creer. Tan solo se
te pide que las cuestiones. Y ni siquiera necesitas cuestionar todas y cada una
de ellas por separado, eso será parte del proceso. No obstante, te invito a que
te aquietes un instante, dando lugar al momento presente. Y desde ese lugar
puedes cuestionar la creencia de que tú “eres” tus propias creencias.
Déjate fluir hacia tu interior y
observa que has decidido elegir un sistema de pensamiento personal. Ciertamente
has elegido al ego como premisa sobre la cual se asientan todas tus creencias. Tú
has tomado esa decisión por tu propia voluntad. Pero tu voluntad es constantemente en ti mismo. De manera
que puedes volver a elegir. Puedes dirigir tu voluntad hacia otra dirección,
con otro enfoque.
Esto implica que eres tú quien ha tomado la decisión. Tú eres el tomador de decisiones.
Entonces puedes volcar tu
voluntad hacia un sistema de pensamiento impersonal, basado en una mente sana y
libre, carente de todo conflicto y por tanto consciente de su total ausencia de
carencias.
Este sistema de pensamientos te podrá
parecer algo completamente nuevo, pero no lo es en absoluto, y esto tu corazón lo
sabe. Muy en lo profundo puedes sentir que eres en verdad el tomador de
decisiones.
No obstante, al ser un sistema de
pensamiento recto, es decir, no dual, es radicalmente opuesto al sistema de
pensamiento del ego, el cual está basado en la dualidad en vez de en la unidad.
Es este radical cambio de enfoque lo que parece atemorizarte, haciendo que el
cambio de mentalidad te parezca imposible. Pero te recuerdo que tu mente
funciona bajo la dirección del ego, y mientras esto continúe siendo así, te parecerá
imposible poder comprender este nuevo sistema de pensamiento al cual te estoy
invitando para que juntos nos unamos en paz.
De manera que no debes tratar de
aprender algo nuevo, aunque así lo parezca, sino que más bien debes enfocarte
en quitar del medio todos los obstáculos que te impiden ver la simpleza del
sistema de pensamiento de la mente recta.
Te aseguro que tras esos obstáculos
se extiende una belleza infinitamente amorosa. Al alcanzar esta belleza, tu percepción
acerca de la vida será radicalmente opuesta a la que tienes ahora al haber
permitido que la paz reine en tu mente, y de esta manera habrás cambiado el propósito
que le otorgas al mundo. Esto se debe a que al modificar la causa modificas instantáneamente
el efecto, ya que la causa y el efecto se encuentran en el mismo lugar, aquí y
ahora. La causa es tu decisión de hacia dónde dirigir tu voluntad, el efecto es
lo que percibes del mundo, lo cual es tu responsabilidad.
Ya conoces lo efecto de haber
elegido un sistema de pensamiento basado en el miedo y la ilusión. Tienes en tu
poder ahora, y siempre, la decisión de volver a elegir, en este caso un sistema
de pensamiento basado en el Amor y la Verdad.
De manera que ya sabes, la decisión
es tuya. Elige de nuevo!
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